Amigo bloguero, en este post te cuento que el 5 de septiembre tuve el gusto de ir por 3º vez al Colegio Saint James del barrio de Villa Urquiza, de la ciudad de Buenos Aires.
Desarrollamos la actividad de lectura y esta vez también de escritura, en la Biblioteca de la Escuela.
Los alumnos de 6º y 7º grado fueron los protagonistas. El cuerpo docente y la bibliotecaria estuvieron presentes, participando y coordinando la actividad.
Abajo te dejo algunas fotos.
Los chicos habían trabajado sobre un cuento mío, aún no publicado.
1º Etapa- Leímos el cuento entre todos, para recordarlo, emiteron sus opiniones en forma escrita, de acuerdo a la consigna establecida en la visita anterior...Decir qué les gustó y qué no les gustó de ese cuento y el por qué. Fue una experiencia muy enriquecedora.
2º Etapa- Comencé a leerles los primeros párrafos de otro cuento mío y cada uno de ellos desarrolló una historia, en base a lo que yo les leí. Todos escribieron cosas muy creativas.
¡ Felicitaciones a los alumnos de 6º y 7º grado!
¡Felicitaciones al equipo docente y directivo de este Colegio por incentivar la lectura y
creatividad de sus alumnos!
Graciasssssssssss por confiar en mis letras y volver a invitarme por 2º año consecutivo.
Acá te dejo el cuento, sobre el que los chicos trabajaron.
También vos podés dejarme tu comentario, de lo que te gustó y no te gustó del cuento.
Graciasssssssssssssssssssss
Una
noche negra en el Vondel – Park : Noche de Iglesia
A una ciudad de
ensueño: Ámsterdam
La
iglesia estaba enfrente del canal Amstel. Era la más antigua, por eso se justificaban
sus paredes roídas, las telarañas deshilachadas y las baldosas carcomidas por
el tiempo. Sí, por el tiempo y algo más.
Mucha gente la visitaba de día, pero de noche
sólo el cura Oteen, Jas Oteen la habitaba. Al menos eso es lo que pensaban los
feligreses y también los vagabundos que recorrían la zona. El canal la hacía
majestuosa, de él sobresalía un agua sucia y con olor a cadáveres flotando. No
es que hubiera cadáveres en el Amstel, sólo que su aspecto daba miedo al
mirarlo.
Jas cerraba la puerta principal a las 7 de la
tarde, a partir de esa hora nadie podía entrar y lo que era peor, salir del
lugar.
Una noche Nierrs, un joven holandés, caminaba
por la vereda del otro lado del canal y observó que había luces que iban y
venían dentro de la iglesia. Inmediatamente, cruzó el puente que lo separaba
del edificio viejo y se acercó. Al principio le pareció divertido, pero cuando
se paró en el primer escalón de acceso, su cara cambió, todo su cuerpo empezó a
temblar. De pronto se sintió poseído por un poder sobrenatural, algo que nunca
le había sucedido. En un instante fue transportado mágicamente al interior. No
podía creer lo que veía ahí adentro: las estatuas de los santos caminaban, se
reían a carcajadas y se burlaban de él. En el primer piso se oía cantar un coro
desafinado, que emitía rugidos que lo aterrorizaban. Nierrs quería correr, pero
sus piernas estaban paralizadas y no era por su propia voluntad. Una fuerza
extraña a él lo mantenía fijo al piso.
Las velas del altar, comenzaron a apagarse de
a una, de repente escuchó un PLOP, luego un CIRP, más tarde un CRAC y al final
un TRIP, de ese modo vio que de a poco entre los PLOP, CIRP, CRAC Y TRIP, se
habían apagado todas, sin que en apariencia nadie hubiera intervenido.
Todo se volvió oscuridad.
“Una
negra noche en la iglesia”, podría haber sido el título de un cuento o de una
novela, que a algún alocado escritor se le ocurriera escribir.
Nierrs
conocía el nombre del cura, porque cuando era chico, siempre iba a esa
iglesia con su abuela y así fue como gritó su nombre:
— ¿Padre
Jas, me oye?
Respondieron.
Pero no
era precisamente Jas Oteen, era alguien con una voz rugiente, que provenía de
atrás del altar que estaba a la derecha, el más chico de todos, el que tenía a
su santo preferido.
—Padre Jas, Padre Jas—gritaba desesperado el
muchacho.
—Callate imbécil— le dijo la voz de ultratumba—observá y no digas una palabra si
querés salir vivo de acá— le susurró,
ahora ya bien cerca de él.
De la pila de agua bendita, salió un chorro en
forma de serrucho, chocó con las flores
del altar mayor, éstas fueron hechas añicos y transformadas en un líquido
verdoso y pegajoso que se expandió por el lugar. Los zapatos de Nierrs se
mojaron, por su pantalón empezó a subir esa sustancia asquerosa.
En el confesionario había figuras escondidas,
que parecían almas en pena que aullaban. El aullido aumentaba, a medida que las
figuras se iban sumando, y caían de a una al piso de mármol.
Los bancos empezaron a deslizarse de un lado
para el otro. Había sombras que se acomodaban como para rezar. El cura no
aparecía. Estaba todo oscuro. Nierrs seguía inmóvil y a punto de enloquecer. De
repente vio, que desde la escalera que llevaba al subsuelo, alguien subía con
una vela encendida.
Era Jas.
— ¿Qué hacés acá? ¿Quién sos? ¿Por qué
apagaste las velas del altar mayor? ¿Y los bancos? ¿Qué lío hiciste muchacho?
Ya mismo llamo a la policía— le dijo el cura, escupiendo una tras otra cada
pregunta.
Nierrs le quería explicar lo que había
sucedido, pero no podía emitir ningún sonido, su lengua estaba anudada y
parecía querer estrangularlo.
El cura lo echó a patadas de la iglesia,
diciéndole:
— No
regreses nunca más, porque la próxima no te salvas del calabozo.
Nierrs salió corriendo. Corrió tan rápido que
tropezó y se hizo un agujero en la rodilla. Su sangre manchó el agua sucia del
canal.
A la noche siguiente, cuando paseaba por la
vereda de enfrente de la iglesia, vio movimientos extraños y luces y figuras
que se desdoblaban.
No
sabía si regresar o no.
Nadie
supo por qué, regresaba todas las noches, sólo se conoció que, a partir de ese
día y ese mes, al agua del canal Amstel, rodeado por la calle Weesperzude de
Ámsterdam, se le van sumando unos centímetros de sangre. Esto explica el motivo
por el cual, algunos turistas lo llaman el “Canal Rojo”, recordando al mar de
Moisés.
Extraído de "Baúl de cuentos de la abuela"
Edición Milena Caserola.
Amalfi, Graciela
Baúl de
cuentos de la abuela. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Boticaria
Club de Cuentos, 2013.
ISBN
978-987-29684-0-3
1.
Narrativa Argentina. 2. Cuentos. I. Título.
CDD A863
te dejo un saludo cariñoso querida amiga y admiro tu gran trabajo de comunicación y difución del arte escrito.
ResponderBorrarGracias Pato por pasar...abrazo desde Argentina para Chile. Graciela♥
BorrarMe gusta mucho, sobre todo las imágenes y el suspenso generado: " Sí, por el tiempo y algo más." ; "Al menos eso es lo que pensaban los feligreses"; "...y lo que era peor, salir del lugar"
ResponderBorrarEs de verdad una alegría ver que se hace tanto por la promoción del la lectoescritura. Un abrazo!
Graciasssssss María Luz...un abrazo/Graciela
BorrarMe gusta mucho, sobre todo por las imágenes y el suspenso generado: "sí, por el tiempo y algo más"; "al menos eso pensaban los feligreses"; "y lo que era peor, salir del lugar".
ResponderBorrarEs también de verdad una alegría ver la dedicación por la promoción de la lectoescritura. De verdad un placer!