domingo, 29 de agosto de 2010

Perdiendo la contractura en dos versiones.










Perdiendo la contractura .Versión 1.


Desde el útero de esa madre
escapó el campeón de mil juegos,
juegos de billar y otros
de metegol y más.
Ese hijo caminó subterráneos escondidos
voló un río de nada
rodeando islas coloridas
en una bicicleta remendada.
Con alguna revista bajo el brazo
casi siempre a las cinco de la tarde o después.
Ángel descarriado que robaba hojas
a los árboles isleños
llegaba con su bote a remo
cansado como ejércitos numerosos
formados por egipcios desamparados
con hambre de porotos y otras cosas.

Ese chico y ese ángel
conocieron anarquistas convencidos
que con una bomba poderosa
destruirían escritorios amontonados
que los barrenderos de la noche
llevarían en desfiles sin orden
hacia el parque de diversiones de esa ciudad.
Ciudad llena de vagones tristes
con extraños solitarios
como Noé, los animales
y su arca perdida
en una India enorme
sin pesebre de nacido.

Ese chico vivió una tormenta de vida
con farras ausentes
llegó solitario a su casa
y se sacó los extraños zapatos de siempre.



GRACIELA AMALFI-29/08/2010










Perdiendo la contractura. Versión 2.




Salió del útero de su madre un día de septiembre. Corrió como el campeón de mil juegos al primer lugar del podio. En su vida jugó al billar, al metegol, y más.
El hijo que fue puso sus pies en subterráneos escondidos, en esos trenes que la tierra un día decidió devorar para sí.
Supo volar un río de nada, rodeando islas coloridas montado en una bicicleta remendada, llevando una revista bajo su brazo izquierdo casi siempre a las cinco de la tarde o después.
También aprendió a ser un ángel descarriado robando hojas a los árboles de su isla. Isla a la que llegaba con su bote a remo, cansado como un numeroso ejército formado por egipcios desamparados, con hambre de porotos y otras cosas.
Ese chico y ese ángel conocieron a los anarquistas convencidos que con una bomba poderosa destruirían escritorios amontonados, los que los barrenderos de la noche llevarían en desfiles enfilados hacia el parque de diversiones de la ciudad.
Esa ciudad llena de vagones solitarios, como Noé, los animales y su arca perdida en una India enorme sin pesebre de nacido.
El chico, como un ángel, vivió una tormenta de vida, con farras ausentes.
Al fin terminó su día, llegó a su casa y se sacó los extraños zapatos de siempre.


GRACIELA AMALFI-29/08/2010.

4 comentarios:

  1. Grace, que loco!!! MUy buenoooo!!! me gusta mucho el formato de la version1, genial!

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  2. Gra!! un placer, como siempre, recorrer tus letras, no sabes nunca, con que te puedes encontrar
    Besos de luz

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  3. Me gusto mucho.Me encanta ese viaje sorpresivo desde lo cotidiano hacia la poesia o la narrativa a que nos tenes acostumbrados. sos inesperadamente poética.!!!!Besos. yo tu amiga Lili

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  4. geniales!, me agrado mucho tu obra..o.O
    ambas versiones estan muy bien, aunque la primera version siento que me llego mas, las imagenes son excelentes..^^
    llegue a tu blog a traves de sognatore...xD
    bye..^^

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Apegos feroces, de Vivian Gornick