miércoles, 18 de octubre de 2017

Amaneceres, la nueva versión.

Hola, visitantes de mi blog.

Muchos de ustedes saben que en 2016 hice una segunda edición de mi libro Amaneceres.

En marzo de 2012 publiqué con la editorial independiente de Argentina, Milena Caserola, la primera edición. En 2016 publicamos una segunda edición.

Este título también fue editado y publicado por la editorial colombiana Enlace desde 2014 a la fecha. Está en el Plan Lector de muchos colegios de Colombia: Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena, Bucaramanga y otras localidades.

En este oportunidad voy a transcribir, un capítulo de la última versión. Quienes leyeron la primera, verán que aparece un nuevo personaje que se llama Luciano. Este joven se destacará por ejercer una influencia positiva en el grupo de músicos amigos ( Milena, Martín y Alejo).

¡No se queden sin leer toda la historia!

Si quieren un ejemplar, se contactan conmigo. Mi mail está en la parte superior derecha de la pantalla.

Si quieren dejar algún comentario, será bienvenido.

Que disfruten de este fragmento corto.




E
se Amanecer sería muy distinto a los demás. Marcaría el inicio de una nueva etapa para los tres músicos. Martín, Milena y Alejo no se ima­ginaban lo que tenían por delante. Llegar al escenario de ese místico teatro: había sido maravilloso. El camino a se­guir vendría cargado de dudas, preguntas, alegrías y sin­sabores. La vida misma se les presentaría para re­cordarles que ella estaba ahí para empujarlos. Para que la vi­van a su manera. Como les hiciera mejor. Por supuesto, nun­ca abandonando lo que les sanaba el alma: la música.
Entre el público que fue al teatro estaba un primo de Martín: Luciano Acevedo. Acevedo vivía desde chico en Colombia, era artista plástico y estaba paseando por Ar­gentina.
  Cuando se acercó a saludar a la banda, les dijo:
  Hola, los felicito. Me encantó como sonaron. Súper chévere.
  Muchas gracias dijo Alejo.
  Ahí nomás, Martín los presentó. Les contó que era su pri­mo Luciano, de quien les había hablado tantas veces y quien estaría por unos días en Buenos Aires.
Milena sonrió, feliz.
  Luego de que terminen de saludar al resto de la gente    les dijo Acevedo, quiero hablar con ustedes para hacerles una propuesta.
  Dale dijo Martín. Luciano, me parece mejor que nos encontremos los cuatro a tomar un café otro día.    Hoy estamos agotados.
  Y qué tal agregó Alejo si te venís a casa el jueves a la tarde: es nuestro día de ensayo.
  Estaría buenísimo dijo Milena. Si es que todavía andás por acá.
Sí, sí dijo el muchacho. El jueves voy con Mar­tín al ensayo y hablamos tranquilos.
  Se saludaron rápido. Los amigos y los familiares em­pezaron a rodear a los músicos de nuevo. Los abrazos y las felicitaciones les hacían mucho bien. Los inundaban.
  Martín, Milena y Alejo necesitaban del afecto de su gente. La música y el cariño de la gente querida era lo más lindo que les estaba pasando.
  Al menos por un rato se olvidaban de sus problemas de to­dos los días.
   Se olvidaban de una ex mujer conflictiva.
   Se olvidaban de esas ganas de dejar la facultad y el tra­bajo y todo para hacer sólo música.
  Se olvidaban de una historia de vida triste y una madre que no ocupaba el lugar que debiera ocupar.
  Amanecía… con una vida cargada de nuevas ilusiones.

Fragmento extraído del libro Amaneceres
 Autora Graciela Amalfi. 
ISBN 978-987-33-1798-9










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Si querés un ejemplar, aprovechá la oferta especial del mes de octubre.
Hasta la próxima entrada.
Saludos,
Graciela Amalfi.

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