Holaaaaaaaaa amigosssssssss...acá con el Baúl de cuentos abierto...va el segundo cuento de este libro, el último de 2013.
Espero que les guste...si quieren dejar algún comentario, se los agradezco.
Si quieren difundir este blog...graciassssssss también.
Desde el cuore, para cada uno de ustedes...
Desde el cuore para nuestras abuelas, los recuerdos, la infancia.
¡¡¡¡¡Viva la vida!!!!!!
Visita de las tardes
Ella
se sienta a mi lado cada vez que llega. Me abraza y sonríe, como si me
conociera de toda la vida. Yo la miro sorprendida y sonrío también. ¿Qué otra
cosa podría hacer ante semejante gesto de cariño de esta señorita?
Calculo que no debe tener más de 20 años. El
otro día me dijo su edad, pero me olvidé y preguntarle de nuevo no me parece correcto. “Salido de contexto”,
diría mi padre periodista, que con el “texto” y la “salida”, me hartó durante
toda mi juventud.
Volviendo al tema de esta jovencita, cuyo
nombre tampoco recuerdo, voy a escribir que es muy linda. Ayer me puse a mirar
fotos antiguas, un rato antes que llegara (porque ella viene todos los días), y
pasó algo raro, me pareció verla en una de esas fotos. Después pensé que era
imposible, las fotos eran en blanco y negro y la chica estaba con mis padres.
“Vieja loca, me dije, perdiste el raciocinio”.
Esta muchachita me cuenta que estudia en la
facultad, que tiene planes de viajar a Europa, que con todos estos temas está a
“full”. Yo no entendí lo que quiso decir con “full”, pero por las dudas la
felicité.
Su sonrisa y esas ideas locas me atraen, como
si me las hubiera arrancado a mí.
Me parece inoportuno, preguntarle por qué
viene todos los días y me trae regalos y chocolates y algunas tardes, hasta una
torta de manzana.
Supongo que esta joven con el tema de su
estudio, debe estar haciendo algún trabajo referido a “los viejos”, o mejor
escribo, referido a “los ancianos”, por eso del “texto” de mi padre. No veo
otro motivo por el cuál vendría acá todas las tardes.
El sábado quiso llevarme al cine, yo le dije
que estaba cansada. Le mentí. Tenía unas ganas enormes de salir, pero todavía
no cobré la jubilación y no quería decirle que no tenía dinero, en una de esas,
se ofrecía a regalarme la entrada, pobrecita ella tan joven, no va a gastar
dinero en esta vieja.
A mí me gusta que venga a verme, me hace reír
mucho. No le digo nada, porque no quiero crear algún vínculo, que la ponga en
obligación de volver a verme, cuando termine ese trabajo que debe estar
haciendo para la facultad. Espero que la aprueben con una buena nota, sino soy
capaz de ir a sacudirles mi bastón por la cabeza, a esos profesores que se la
dan de geniecillos. Con todo el tiempo que lleva visitándome y recogiendo
datos, yo no veo que anote nada, pero debe tener todo en su cabeza.
Hoy me dijo que mañana volverá y también que
pronto se comprará un auto y me llevará a pasear lejos. Yo le dije que es una
buena idea el de ir a pasear juntas, pero en realidad es para no desanimarla,
todavía no estoy tan desubicada como para hacer que ande dando vueltas con esta
vieja.
Hoy cuando se fue, me preguntó:
— ¿Te
acordás que soy tu nieta?
Yo la miré y sonreí.
Ahora que estoy sola escribiendo, dudo si no
será “Nieta” su nombre de pila. Por las dudas me lo anoto con letras bien
grandes: “NIETA”, por si mañana vuelve.
Aunque
mejor, no la llamaré por su nombre: “Nieta”, no vaya a ser cosa, que llegue a
la conclusión de su trabajo sobre los ancianos y no venga más a visitarme.
Amalfi, Graciela
Baúl de
cuentos de la abuela. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Boticaria
Club de Cuentos, 2013.
86 p. ;
21x15 cm.
ISBN
978-987-29684-0-3
1.
Narrativa Argentina. 2. Cuentos. I. Título.
CDD A863
Fecha de Catalogación:
04/07/2013
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