Amigos del blog boticario... después de un breve receso estival, estoy nuevamente por acá.
Durante este mes de enero de 2013 , tuve la oportunidad de estar leyendo a mis personajes de papel en el vecino país de Uruguay.
El 22 de enero en el Centro Cultural de La Paloma, Rocha.
El 24 de enero en el Club Social y Deportivo de La Pedrera, Rocha. También he sido entrevistada ( como el año anterior) en el programa "Buscando el sol", emitido por el canal 8 de Rocha.
El 31 de enero estuve en la Prosa Mutante, en la ciudad de Mar del Plata,Argentina, con mis "Pócimas cuenteras".
Como muchos saben en noviembre de 2012, presentamos con la escritora María de Lourdes Gonzalez una novela que escribimos a dueto: "Dos más dos no suman cuatro"
Acá transcribo un pequeño párrafo de mi autoría...
Graciela Amalfi
Buenos
Aires
La salida de hoy, mi salida de los miércoles, mi salida con mayúsculas.
Sola. Yo con yo. Raro encuentro en el café de la calle Corrientes. No podía
creerlo. Sí, era él. El mismo Marcelo que apareció otra vez ahí, enfrente de
mí. Y me miraba y me observaba y no dejaba de recorrer sus ojos acariciando mi
cuerpo. Le sonreí. Como buen amante de un lindo pasado, me guiñó un ojo
cómplice. Esos ojos tan “verde aceituna” como los del italiano de tu fuente.
Sólo que acá no había hotel, ni sábanas, ni aguas danzantes. Enfrente de los
dos se desparramaban mesas con tazas de café y muchas palabras de gente
desconocida. Palabras que daban vueltas, giraban, rodaban y querían meterse en
nuestra historia. Ese ruido arrollador que impedía acercarme, hablarle,
preguntarle cómo estaba, qué hacía en Buenos Aires.
La magia de un mundo de cuentos se proclamaba como protagonista en ese
bar. Desaparecían todos, sólo quedábamos él y yo. Las tazas tambaleaban, las
mesas crujían de bronca, los mozos sacudían sus bandejas y
quedábamos nosotros dos. Juntos en ese planisferio redondo que giraba
como loco, no paraba, nos mareaba y sacudía nuestros corazones como aquella
vez. La primera de todas, la que te conté hace ya muchos años, la que me hizo
mujer.
Marcelo y yo recorrimos ese túnel de un tiempo largo y abandonado, de
recuerdos y de amores, de celos y reproches, de un final sin regreso.
Mil momentos para contar.
Mil historias contadas. Su
mundo y el mío enfrentados, distintos, moviéndose en ejes diferentes. El mío
giraba hacia el “este” el suyo hacia el “oeste”.
No podía ser de otro modo, como siempre lo
fue.
Un “este” y un “oeste” que una vez quisieron
juntarse, pero la naturaleza lo hubiera impedido, las reglas y normas de la
creación de un Dios que no entiende de amores también.
Dos puntos cardinales contrapuestos. Dos
vidas enfrentadas.
Mis corridas por la vida buscando el “norte”
de mi “este”.
Su
tranquilidad en sus horas buscando un “sur” para su “oeste”.
Juego
de palabras que evocan nuestras realidades, igual que nuestro pasado. Impar.
Uno. Dos menos uno. Uno solo. Dos separados.
Mientras giraba la cuchara en la taza de café
fui volviendo a mi realidad, a las bocinas de una avenida avergonzada de tanto
caos, a las palabras que de a poco se iban acomodando, a un reloj que marcaba
el final de mi tiempo libre. De mi tiempo. De mí. La propina al mozo de
siempre, el auto en la cochera de Rodríguez Peña, la vuelta a casa.
Mi vuelta en auto, en la tierra, en cuatro
ruedas.
Tu vuelta en un avión, en el
aire, en dos alas. Graciela Amalfi, boticaria.
Boticaria
Dos mas dos no suman cuatro / Boticaria y Civetta. - 1a ed. -
Lanús : Sabor Artístico, 2012.
150 p. ; 21x15 cm.
ISBN 978-987-26547-7-1
1. Narrativa Argentina. 2. Novela. I. Civetta II. Título.
CDD A863
Fecha de catalogación: 16/10/2012