Diario y noticias.
Leí la historia en el diario, sentada ahí en la silla que acompaña a mi escritorio. Una historia repetida. Historia de un pibe cualquiera, un revólver, una dosis de más, una muerte.
Y ahora la carrera de siempre. El escape conocido por el policía, el vecino y el barrendero de la esquina.
Escape de sedes desordenadas que nada saben de placeres, de gustos o de consuelos.
Corre por el pasillo número tres de la villa. El viento lo persigue con ráfagas anudadas y son sus ganas sigilosas las que abrazan sus regresos.
La cámara colocada en el lugar de siempre atraviesa sus piernas revueltas que se alargan y se achican, se aprietan y sudan por el placer de la huída. Llega a su techo de chapa y pared de lona, apoya sus zapatillas sucias en el piso suelto que contiene a su perro, a su silla y a la mesa heredada del abuelo.
Se sienta, descansa su cuerpo, sus ojos ríen de satisfacción. Estira las manos hacia el diario tirado en el suelo.
Ese mismo diario que tuve atravesando mi piel hace dos días. Ese que contaba su historia.
GRACIELA AMALFI- 04-09-2010.
Leí la historia en el diario, sentada ahí en la silla que acompaña a mi escritorio. Una historia repetida. Historia de un pibe cualquiera, un revólver, una dosis de más, una muerte.
Y ahora la carrera de siempre. El escape conocido por el policía, el vecino y el barrendero de la esquina.
Escape de sedes desordenadas que nada saben de placeres, de gustos o de consuelos.
Corre por el pasillo número tres de la villa. El viento lo persigue con ráfagas anudadas y son sus ganas sigilosas las que abrazan sus regresos.
La cámara colocada en el lugar de siempre atraviesa sus piernas revueltas que se alargan y se achican, se aprietan y sudan por el placer de la huída. Llega a su techo de chapa y pared de lona, apoya sus zapatillas sucias en el piso suelto que contiene a su perro, a su silla y a la mesa heredada del abuelo.
Se sienta, descansa su cuerpo, sus ojos ríen de satisfacción. Estira las manos hacia el diario tirado en el suelo.
Ese mismo diario que tuve atravesando mi piel hace dos días. Ese que contaba su historia.
GRACIELA AMALFI- 04-09-2010.
muy buenas imagines, me imagine ese correr por la villa,,,me gusto!
ResponderBorrarAcá estoy Gra!! disfrutando y dejandote mi cariño
ResponderBorrarUn beso de luz