Hola, seguidores de mi blog.
Ando por acá, para recomendarles una novela que leí hace unos días.
Se trata de Quebrada, de Mariana Travacio.
Mariana Travacio, escritora argentina nacida en Rosario en 1967.
El ejemplar que tengo en mis manos fue publicado por la editorial Tusquets, en el año 2022.
La historia gira en torno a Lina, una mujer de unos 60 años que vive con su marido,
Relicario, en una quebrada, una tierra árida, solitaria, casi detenida en el tiempo. Un día,
Lina decide dejar el caserío con el deseo de conocer el mar. Pero su marido se niega a
acompañarla: dice que no se pueden abandonar a los muertos que están enterrados en esas
tierras. La novela está dividida en dos partes. En la primera, la narración alterna entre Lina
y Relicario, dándoles una voz auténtica y distinta a cada uno. Esa doble mirada enriquece
mucho la lectura. En la segunda parte, el relato cambia de foco y el que narra es un hombre
huérfano, amigo del Tala, el hijo de Lina y Relicario. Esta parte arranca de forma brutal y
nos lleva por caminos inesperados. Aunque Quebrada puede parecer, por momentos, una
serie de relatos independientes, todo está conectado de una forma muy orgánica. Se destaca
la prosa seca, sobria, con una fuerza propia del paisaje en el que viven los personajes. Por
ejemplo, la novela arranca así: “Me llamo Lina Ramos, soy la esposa del Relicario Cruz, y
todo el tiempo le vengo diciendo que nos tenemos que ir, pero él no quiere.” Así de directo,
así de humano. Lina emprende su viaje buscando a su hijo, el Tala, que se fue con su tío
cuando tenía 13 años y que ahora ronda los 30. Más tarde, Relicario va tras su esposa,
porque entiende que no puede vivir sin ella, y también porque ya no soporta la soledad ni la
aridez de ese lugar. La narración en primera persona nos permite sentir el desgarro de cada
uno, sus dudas, sus miedos, su amor. Hay algo cinematográfico en esta novela. La autora
logra que veamos la historia como si estuviéramos ante una cámara que se acerca con
planos cortos, íntimos, y que por momentos se aleja para mostrarnos la inmensidad del
paisaje: la fuerza del agua, la belleza de la lluvia. Por momentos, incluso, se percibe un tono
de realismo mágico. A mí, por ejemplo, me recordó a Pedro Páramo, de Juan Rulfo. El
lenguaje de Quebrada es cercano y profundo: es a la vez universal y local, duro y poético.
Una novela atemporal que, sin dudas, recomiendo. Dense el gusto de leerla. Es una
experiencia breve, pero que deja huella.
¿Conocían la novela? Espero sus comentarios.
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¡Hasta la próxima!